La Cámara de Representantes de Colombia está debatiendo en
plenaria el Proyecto de Ley 223, con el que se pretende crear y desarrollar las
Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES). Se trata de
un instrumento que legalizaría la acumulación irregular de predios —con
antecedentes de baldíos— por parte de empresas nacionales y extranjeras,
causando efectos negativos en términos de concentración y expropiación de
tierra.
Organizaciones nacionales, campesinas y de productores, así como
agencias internacionales, analizamos el proyecto de manera rigurosa y
confirmamos una serie de anomalías que ya habían sido advertidas desde 2010,
momento a partir del cual el gobierno ha insistido en modificar la ley agraria
colombiana.
En esta ocasión, el análisis evidencia que gran parte de los
argumentos que el gobierno ha presentado como ventajas y beneficios del Proyecto
de Ley carecen de sustento y que la información que se ha presentado a la
opinión pública, no corresponde con la realidad del contenido del
articulado.
Las falacias del proyecto ZIDRES
El proyecto de ley debe ser archivado porque favorece la acumulación
de tierras, pretende evadir las restricciones legales a la concentración
baldíos y representa una amenaza para el campesinado y el desarrollo rural. Así
concluye el análisis del proyecto ZIDRES realizado por la coalición formada
porCODHES, CINEP Planeta Paz, Comisión Colombiana de Juristas, Mesa de
Incidencia Política de Mujeres Rurales Colombianas; Cumbre Agraria, Campesina,
Étnica y Popular; Dignidad Agropecuaria y Oxfam. La colación sostiene que el
proyecto se basa en dos falacias.
La primera: El gobierno dice que el proyecto ZIDRES no es una ley
de bienes baldíos y que se enfoca en el desarrollo de zonas actualmente
improductivas. Eso no es así. La verdad es que varias de las disposiciones sí
tocan aspectos relacionados con la tenencia de las tierras con antecedentes de
baldíos. El artículo 7 contempla la concesión o arrendamiento de tierras
baldías, el artículo 9 habla de la posibilidad de adquirir tierras con
antecedentes de baldíos y el artículo 12 abre la posibilidad de legalizar la
acumulación irregular de baldíos al proponer “sanear las situaciones
imperfectas”.
La segunda: El gobierno dice que las ZIDRES son un mecanismo para
promover el desarrollo de proyectos empresariales, implicando una explotación
sostenible del campo. La verdad es que desde el punto de vista social resulta
insostenible para los hogares campesinos adoptar un “régimen de transición”
para ajustarse a los lineamientos de la UPRA (art.12) y en caso contrario
exponerse a ser objeto de expropiación. En términos de sostenibilidad
ambiental, es conocida la fragilidad ambiental que caracteriza zonas como la
Altillanura y los proyectos a gran escala que promueve este proyecto implican
riesgos ambientales, según los expertos.
Los mitos que sí son realidad
El gobierno nacional presentó en mayo el documento “Mitos y
realidades de las ZIDRES”, en el que exponía nueve mitos y nueve realidades
sobre el proyecto de ley 223. La coalición también revisó el documento y
encontró que seis mitos y cuatro realidades están sustentados en argumentos
imprecisos o falsos, como se detalla en esta imagen:
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario